Las verrugas víricas son la consecuencia de una infección vírica de la piel por algunos tipos del virus del papiloma humano (VPH). La infección de la parte más superficial de la piel (epidermis) hace que esta capa engruese y que las lesiones adopten un aspecto frecuentemente sobreelevado y rasposo (verrugoso). Suelen ser lesiones indoloras, de pocos milímetros a 1 cm de diámetro, únicas o múltiples , que ocasionan a los pacientes, fundamentalmente, una molestia estética. Las verrugas pueden aumentar de medida o número (por un fenómeno de autoinoculación o autocontagio), o incluso dar síntomas dolorosos (especialmente aquellas lesiones localizadas en las plantas de los pies -verrugas *plantares-).
Las verrugas víricas están causadas por la proliferación en la piel y/o mucosas del virus del papiloma humano (VPH).
Este virus se divide, a la vez, en diferentes subtipos (serotipos). El VPH a menudo puede llegar a la superficie de la piel, pero sólo en un porcentaje reducido de casos prolifera y da lugar a la formación de verrugas. Habitualmente esto sucede cuando las defensas naturales en frente de este virus disminuyen o no actúan. Por este motivo, a lo largo del tiempo (a menudo antes de un o dos años), cuando el organismo adquiere la inmunidad necesaria para destruir el virus, las verrugas víricas desaparecen espontáneamente (sin ningún tratamiento).
El grado de contagiosidad de las verrugas es variable. Cuando un individuo presenta una verruga vulgar, existe la tendencia que aparezca más de una lesión en el mismo paciente (puesto que el sistema de defensa no reconoce la infección). Las verrugas genitales son especialmente contagiosas y precisan de una prevención adecuada (ver Enfermedades de Transmisión Sexual).
A menudo, entre la población general, se confunde el concepto de verruga vírica con otras lesiones sobreelevadas que aparecen en la piel y que no corresponden realmente a verrugas víricas. El médico de familia habitualmente puede diagnosticar y tratar la mayoría de las verrugas víricas. Pese a que en las farmacias se pueden conseguir diferentes preparados antiverrugas (líquidos, parches, aplicación de frío) se recomienda que un médico confirme el diagnóstico antes de empezar a utilizarlos (muchos de estos tratamientos son irritantes).
La gran mayoría de tratamientos de las verrugas víricas consisten en su destrucción mediante diferentes sistemas: métodos químicos (líquidos, parches preparados y formulados), métodos físicos (crioterapia con nitrógeno líquido, laserterapia) o quirúrgicos (electrocoagulación y curetaje, extirpación). No existe ningún tratamiento efectivo en un 100%. Hace falta una cierta prudencia en el tratamiento de las verrugas plantares, recomendándose la aplicación de preparados tópicos, para evitar la formación de cicatrices residuales que pueden ocasionar molestias. Es especialmente importante consultar al dermatólogo cuando las verrugas son grandes o múltiples, y también cuando afectan áreas especialmente delicadas (cara, región genital, dedos , etc.). Las verrugas genitales en mujeres obligan a realizar una exploración ginecológica completa.
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