El acné es una enfermedad que afecta los folículos *pilosebaicos (“poros”) en la que se produce una alteración de su funcionamiento. El acneé es frecuente y, además de poder producir molestias de dolor o picor, afecta el aspecto físico y puede repercutir de manera importante en el autoestima. El acné aparece más frecuentemente personas adolescentes y jóvenes aunque, de manera más rara, también puede aparecer en bebés y adultos. Las lesiones de acne acostumbran a salir sobre todo a la cara y pueden extenderse al cuello, escote y espalda.
Algunas causas que pueden desencadenar lesiones de acné son la influencia hormonal, el uso de cosméticos no adecuados, la aplicación de cremas de cortisona y tomar determinados medicamentos.
En el acné pueden aparecer diferentes tipos de lesiones. En primer lugar, se tapa el “poro” y se acumula secreción sebácea. Es cuando aparecen los comedones abiertos y cerrados: las “espinillas negras” y las “espinillas blancas”. Además, pueden aparecer signos de inflamación e infección como envejecimiento, aumento de la medida de la lesión y aparición de pus (“grano”).
En algunos casos graves de acné, aparecen chichones redondeados por debajo de la piel que pueden dejar cicatrices muy inestéticas.
El tratamiento del acné depende del tipo de lesiones que predominen. En cualquier caso será esencial mantener una limpieza de una o dos veces al día con un jabón apropiado para pieles grasas con tendencia acneica. También es importante no tocar ni “petar” las lesiones por no dejar marcas irreversibles. Si se tiene costumbre de utilizar cremas hidratantes, protectores solares, maquillajes u otros productos cosméticos siempre se deben usar aquellos que no hagan aparecer o empeorar el acné: se pueden identificar porque en los botes viene especificado que son “no *comedogénicos” o son “libres de grasas”. Con respecto a la dieta, actualmente no hay pruebas del todo ciertas de que lo que comemos pueda afectar el acné: así que se puede comer de todo pero es recomendable seguir una dieta equilibrada. Si el médico lo considera, aparte de la higiene puede recomendar aplicar algún tipo de tratamiento o bien iniciar un tratamiento por vía oral.
Con respecto a los productos de aplicación tópica, existen tres tipos.
Un primer grupo es el de los productos que actúan como queratolíticos, es decir, productos que deshacen el ”tapón” del poro. Son productos que en general se toleran bien pero se deben aplicar de manera constante durante unos meses, como mínimo 2-3, para que sean efectivos.
Otro grupo de productos para aplicar localmente es el de los tratamientos con retinoides, peróxido de benzoilo o ácido *azelaico. Estos productos pretenden también deshacer el tapón que obstruye el poro, además de controlar los signos inflamatorios y las infecciones. Los retinoides, como la isotretinoína o el adapaleno, se tienen que aplicar en lociones o hielos. Pueden producir una irritación, por eso se recomienda aumentar lentamente su aplicación. Hace falta recordar que los retinoides no se pueden aplicar en caso de embarazo ni durante la lactancia. El peróxido de benzoilo puede utilizarse en diferentes concentraciones, del 2’5-10%, recomendando al comienzo las más bajas y aumentar poco a poco si se toleran. El peróxido de benzoilo también puede producir una irritación y ardor. Es importante advertir que puede desteñir de blanco el cabello y la ropa. A diferencia de los retinoides, el peróxido de benzoilo se considera seguro durante el embarazo. El ácido azelaico en concentraciones del 15% al 20% también puede ser efectivo para el tratamiento del acné pero se debe tener en cuenta que empieza a hacer efecto unas dos semanas más tarde que los retinoides y el peróxido de benzoilo. También puede producir irritaciones y se considera seguro durante el embarazo.
Estos tratamientos se pueden combinar con un tercer grupo de tratamientos locales, los de los antibióticos tópicos a base de eritromicina al 2% y clindamicina a l’1%. Estos tratamientos están indicados si hay lesiones con pus.
También existen en el mercado algunos productos tópicos que combinan los retinoides con los antibióticos.
Si existen muchos granos y con pus, el dermatólogo puede indicar un tratamiento por vía oral, que se puede combinar con el tratamiento tópico ya explicado. Existen tres tipos de tratamientos orales: los antibióticos, los retinoides y los anticonceptivos orales.
Entre los antibióticos podemos optar por las tetraciclinas como la doxiciclina y la minociclina, que se administrarán de seis a siete semanas. Las tetraciclinas no se pueden administrar en menores de 14 años, en caso de embarazo ni durante la lactancia. Si no se pueden administrar tetraciclinas, se pueden ensayar otros antibióticos alternativos como los macrólitos y el trimetoprim-sulfametoxazol.
Si estos tratamientos no han sido efectivos o si el acne es muy severo, con muchos nódulos y quistes, está indicado el tratamiento con un tipo de retinoide: la *isotretinoína. Este se puede considerar el tratamiento más efectivo contra el acné puesto que trata la obstrucción del poro, la inflamación y la infección, y mantiene los efectos beneficiosos durante meses y años, pero hace falta tener en cuenta algunos aspectos. De una parte la duración, como mínimo de 5 a 6 meses, y el precio elevado. Por otro lado, hace falta tener en cuenta aspectos relativos a la seguridad. Este es un tratamiento que puede ser tóxico para el hígado y también puede hacer elevar los triglicéridos en la sangre, por el que el dermatólogo solicitará una analítica de control cada mes o cada mes y medio. También es muy importante que cualquier mujer en edad fértil mantenga unas medidas estrictas de contracepción puesto que la isotretinoína puede inducir la aparición de malformaciones muy graves en el feto en caso de embarazo que obligarían a practicar un aborto. Por eso es por lo que es necesario firmar una hoja de Consentimiento Informado y tener una prueba de embarazo con resultado negativo antes de empezar el tratamiento. El dermatólogo también advertirá de unos efectos secundarios de la isotretinoína que desaparecerán en dejar el tratamiento. La isotretinoína produce sequedad y aparición de fisuras a los labios. También puede producir sequedad a la piel del cuerpo, de la mucosa de la nariz y de los ojos, por el que no es recomendable aplicar lentes de contacto. El médico indicará la aplicación de los productos adecuados para mejorar estas molestias. Este tratamiento también puede facilitar la aparición de quemaduras por el sol, por eso no es recomendable tomar la isotretinoína durante los meses de verano y es necesario mantener medidas de protección si se prevé una exposición solar como por ejemplo en la nieve. Otros efectos secundarios menos frecuentes de la isotretinoína son los dolores y fatiga musculares, el dolor de cabeza, la disminución de la visión nocturna, y la caída de cabello entre otras. La dosis de la isotretinoína se ajusta al peso y se modificará según el criterio del dermatólogo, según la evolución del acné y la aparición de efectos secundarios. Es importante consultar siempre a un médico antes de combinar la isotretinoína con cualquier tratamiento oral, sobretodo en el caso de la vitamina A y las tetraciclinas (un tipo de antibióticos).
En algunos tipos de acné el dermatólogo puede considerar indicado el tratamiento con anticonceptivos orales, sobre todo aquellos con acetato de ciproterona, junto con el consenso del ginecólogo.
En algunos casos se puede recurrir a técnicas de cirugía convencional o con láser para la extracción de lesiones quísticas que no se pueden resolver con el tratamiento oral o bien para la corrección de lesiones cicatriciales.
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