El dolor neuropático puede variar en intensidad, desde leve hasta severo, y puede presentarse de manera intermitente o persistente. Es causado por enfermedades como la diabetes, una infección por herpes zóster, traumatismos o un trastorno del sistema nervioso central. Para tratarlo, las personas pueden requerir una combinación de tratamientos que incluyen medicación, terapia física, terapia psicológica y, en algunos casos, cirugía.
¿Qué es el dolor neuropático?
Dolor, dolor crónico y dolor neuropático
El dolor es una experiencia sensorial y emocional desagradable que se produce como respuesta a una lesión o enfermedad en el cuerpo. Es una señal de advertencia que indica que algo está mal y puede variar en intensidad, duración y tipo de sensación.
El dolor crónico es aquel que persiste durante un período prolongado, generalmente más de tres meses, y puede continuar incluso después de que la lesión inicial haya sanado. A diferencia del dolor agudo, que es una respuesta normal del cuerpo a un estímulo nocivo, el dolor crónico puede convertirse en una enfermedad en sí misma y afectar significativamente la calidad de vida de una persona.
El dolor neuropático es un tipo de dolor crónico que afecta el sistema nervioso periférico o central. Se produce como resultado de un mal funcionamiento o daño en los nervios, lo que provoca sensaciones anormales como ardor, pinchazos, entumecimiento o sensibilidad extrema. Puede ser causado por diversas condiciones, como lesiones nerviosas, enfermedades como la diabetes, infecciones virales, o incluso como efecto secundario de algunas terapias médicas.
Tipos de dolor neuropático
Dolor Neuropático Central: Este tipo de dolor neuropático involucra el sistema nervioso central, que incluye la médula espinal y el cerebro. Suele ser el resultado de lesiones o disfunciones en estas áreas del sistema nervioso.
Dolor Neuropático Periférico: Este tipo de dolor neuropático afecta los nervios periféricos que se encuentran fuera del sistema nervioso central y conectan los órganos y tejidos del cuerpo con la médula espinal y el cerebro.
Ambos tipos de dolor neuropático pueden ser debilitantes y afectar la calidad de vida de quienes lo padecen. El tratamiento puede incluir una combinación de medicamentos, terapias físicas y otros enfoques para ayudar a controlar los síntomas y mejorar la función nerviosa.
Procesos que derivan en un dolor neuropático
Cirugía de columna lumbar, radiculopatías
Infección por herpes zóster
Esclerosis múltiple
Lesión medular
Miembro fantasma
Neuralgia del trigémino de larga evolución
Neuropatías por atrapamiento
Polineuropatías
Tras un traumatismo
Tras un procedimiento dental
Tras procedimientos quirúrgicos (dolor crónico postquirúrgico)
Diagnóstico del dolor neuropático
El diagnóstico del dolor neuropático implica una evaluación exhaustiva por parte de un equipo profesional de la salud, generalmente un equipo de neurólogos o especialistas en el manejo del dolor.
Historial médico y examen físico: El equipo médico recopilará información detallada sobre los síntomas de la persona, su historial médico, incluidas condiciones médicas previas, lesiones, cirugías, y medicamentos que esté tomando. Luego realizará un examen físico para evaluar la sensibilidad, los reflejos y la fuerza muscular.
Evaluación de síntomas: Se prestará atención a los síntomas característicos del dolor neuropático, como sensaciones anormales (ardor, pinchazos, entumecimiento), localización del dolor y factores desencadenantes.
Pruebas neurológicas: Se pueden realizar pruebas específicas para evaluar la función nerviosa, como pruebas de sensibilidad, reflejos, fuerza muscular y coordinación.
Estudios de conducción nerviosa: Estas pruebas evalúan la velocidad y la eficacia con la que los nervios transmiten señales eléctricas. Pueden ayudar a identificar anomalías en la función nerviosa periférica.
Pruebas de imagen: Se pueden realizar resonancias magnéticas u otras pruebas de imagen para detectar posibles lesiones o anomalías en el sistema nervioso central o periférico que puedan estar causando el dolor neuropático.
Análisis de sangre y pruebas específicas: En algunos casos, se pueden realizar análisis de sangre u otras pruebas específicas para descartar otras condiciones médicas que puedan estar causando los síntomas del paciente.
Es importante destacar que el diagnóstico del dolor neuropático puede ser complejo y a menudo requiere una evaluación integral para determinar la causa subyacente y desarrollar un plan de tratamiento adecuado.
Tratamiento del dolor neuropático
El tratamiento del dolor neuropático es multidisciplinario y puede implicar una combinación de enfoques farmacológicos, terapias físicas, intervenciones psicológicas y procedimientos intervencionistas.
Medicamentos: Como antidepresivos, anticonvulsivos y analgésicos pueden ayudar a aliviar el dolor neuropático al modificar las señales de dolor en el cerebro, estabilizar la actividad eléctrica anormal en los nervios o para aliviar el dolor.
Terapia física: La terapia física puede ayudar a mejorar la fuerza muscular, la movilidad y la postura, así como a reducir la sensación de dolor. Los ejercicios de estiramiento, fortalecimiento y movilización pueden ser parte de un plan de tratamiento físico.
Terapia ocupacional: Un terapeuta ocupacional puede enseñar técnicas para realizar actividades diarias de manera más cómoda y segura, así como recomendar dispositivos de asistencia si es necesario.
Intervenciones psicológicas: Pueden ser útiles para ayudar a los pacientes a cambiar su percepción del dolor y desarrollar estrategias para manejarlo de manera efectiva. La relajación y la meditación también pueden ayudar a reducir el estrés y mejorar la capacidad para lidiar con el dolor.
Procedimientos intervencionistas: Para el dolor neuropático que no responde adecuadamente a otros tratamientos, se pueden considerar procedimientos médicos o intervenciones quirúrgicas para el manejo del dolor neuropático, como la estimulación nerviosa eléctrica, la bloqueo nervioso, la inyección de corticosteroides, la cirugía para corregir anomalías nerviosas o la neuromodulación tanto no invasiva como invasiva.
Es importante trabajar en estrecha colaboración con un equipo médico especializado para desarrollar un plan de tratamiento personalizado que aborde los síntomas individuales y mejore la calidad de vida del paciente.