A lo largo de sus cien años de historia, el Hospital del Mar ha tenido tres vidas. Nació como Hospital Municipal de Infecciosos en el año 1914 y así permaneció hasta que en 1939, con la implantación de la dictadura franquista, el equipamiento fue rebautizado como Hospital de Nuestra Señora del Mar. Con el paso de los años el hospital se fue configurando como una ambiciosa institución sanitaria, hasta convertirse en el equipamiento asistencial, docente y de investigación que es actualmente. No fue hasta el restablecimiento de la democracia que se oficializó el nombre por el qual era conocido popularmente: Hospital del Mar.
La relación entre el Hospital del Mar y Barcelona, y muy en especial con el barrio de la Barceloneta, es inseparable. El Hospital ha vivido en primera persona la convulsa historia de la ciudad en el último siglo y se ha beneficiado de manera extraordinaria de grandes eventos, como la Exposición Internacional de 1929 y los Juegos Olímpicos de 1992, pero también ha sido víctima de episodios terribles, como los bombardeos de la Guerra Civil. Estos primeros cien años del Hospital del Mar son, en definitiva, un espejo de Barcelona y su historia.
Hoy, la completa oferta de servicios asistenciales y de actividad terciaria de alto nivel del Hospital del Mar se acompaña con una historia y renovada vocación de servicios cercanos a las personas, especialmente a la población de los distritos marítimos de Barcelona (Ciudad Vella y Sant Martí).
Durante los primeros 25 años de historia del Hospital del Mar, entre 1914 y 1939, la denominación oficial del Hospital del Mar fue la de Hospital Municipal de Infecciosos.
Su creación había sido una de las medidas del Ayuntamiento de Barcelona no sólo para combatir una terrible epidemia de tifus, sino también para evitar otras nuevas en el futuro.
La sencillez de las primeras instalaciones y las consecuencias de nuevos y aún más mortíferos brotes epidémicos hizo evidente, muy pronto, que la capital catalana necesitaba un nuevo recinto hospitalario para luchar contra las enfermedades infecciosas.
La Exposición Internacional de 1929 hizo posible este nuevo hospital que, dramáticamente, sería bombardeado y en parte destruido durante la Guerra Civil.
El mismo arquitecto que la había diseñado debía reconstruirlo sólo diez años más tarde.
En 1939 las nuevas autoridades franquistas rebautizaron el antiguo Hospital Municipal de Infecciosos con el nombre de "Nuestra Señora del Mar". No fue el único cambio que experimentó la institución: todos sus trabajadores fueron depurados políticamente por su actuación durante la Guerra Civil. A pesar de las dificultades de la posguerra, el Hospital consiguió ser líder en mejoras como la creación del primer pabellón de investigaciones médicas -gracias al impulso de sus facultativos y de los políticos locales encargados de la sanidad municipal-, el estreno del primer pulmón de acero y la creación de la primera Unidad de Cuidados Intensivos.
Durante el franquismo el hospital tuvo que hacer frente a nuevas epidemias, como la del tifus exantemático de 1942, la crisis de la polio durante las décadas de 1950 y 1960 y también el último brote masivo de cólera, en fechas tan tardías como en 1971.
En 1948 Alexander Fleming visitó la España franquista invitado por el Ayuntamiento de Barcelona, para inaugurar las instalaciones aún en obras del nuevo pabellón de investigaciones médicas del Hospital del Mar.
Durante su estancia, el científico escocés pronunció numerosas conferencias y fue nombrado académico de honor de la Academia de Medicina de Cataluña. El descubridor de la penicilina, que había recibido el Premio Nobel de Medicina tres años antes, fue recibido con los brazos abiertos por los barceloneses de la posguerra, muchos de los cuales habían salvado su vida gracias, precisamente, a su hallazgo, que nunca quiso patentar para favorecer su difusión.
Fleming destacó precisamente la estima espontánea recibida en las calles de la ciudad. Durante el viaje, que continuó por Sevilla y Madrid, su mujer contrajo una enfermedad que le provocó la muerte un año después.
Tras la muerte del dictador, en noviembre de 1975, Barcelona y todo el Estado abrían un nuevo capítulo de su historia, marcado aún en aquellos años por las incertidumbres por el futuro político. A pesar de las dificultades, la transición hacia la democracia parecía irreversible y el Hospital del Mar, como no podía ser de otro modo, participó activamente de ese ambiente transformador.
Restaurado el Ayuntamiento democrático, a los pocos años la designación de Barcelona como sede de los Juegos Olímpicos de 1992 marcó un antes y un después en la historia del hospital, que experimentaría las obras de mejora más importantes desde los tiempos de la Exposición Internacional de 1929.
Durante las últimas dos décadas el hospital se ha consolidado como uno de los polos más dinámicos de conocimiento asistencial, docente y de investigación de la capital catalana, integrado dentro del actual Parc de Salut Mar.
El Mar fue el hospital olímpico de la Barcelona de 1992 no sólo durante los quince días de competiciones deportivas, sino también durante un periodo más amplio, entre los días 10 de julio y 14 de agosto. Y también lo fue entre los días 28 de agosto y el 17 de septiembre, durante la celebración de los Juegos Paralímpicos.
Bajo la coordinación del Dr. Pere Benito, el equipo médico de la Familia Olímpica -en servicio durante las 24 horas- llegó a atender hasta a 954 pacientes.
El Laboratorio Antidopaje del Hospital garantizaba día y noche la realización de los controles antidopaje de los atletas. El Hospital también fue el encargado de llevar a cabo los análisis de control de sexo.
Parc Salut Mar
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