Los implantes directos

Esta técnica se puede aplicar en algunas mujeres de pecho poco voluminoso y que tengan suficiente piel y una estructura torácica adecuada como para acoger un implante directo durante la reconstrucción, sin tener que recurrir después a métodos de expansión o a la cirugía para reemplazar ese implante por otro.

Esta técnica sólo resultaría indicada en reconstrucciones de pecho inmediatas para mujeres que no deben recibir radioterapia y que, además, por el tipo de tumor que les afecta, se someten a una mastectomía ahorradora de piel.

Este tipo de cirugía crea un especio o especie de bolsa bajo el músculo pectoral mayor para poder alojar allí el implante. No se trata de un proceso complejo porque el cirujano plástico trabaja a partir de las incisiones o cicatrices de la mastectomía, eleva el músculo y crea allí un espacio de la forma y el tamaño adecuados para cada paciente.

¿Qué tipos de implantes se utilizan?

Los implantes más empleados son los de silicona de gel cohesivo en forma de gota de agua para que se asemejen a la forma natural de la mama.

En todo caso, además del tipo de implante elegido, hay otros factores igual de importantes que determinan la forma final del pecho reconstruido: la estructura del tórax de cada paciente, la musculatura existente y la elasticidad de la piel. Además, cuando se aplica esta reconstrucción mamaria, el cirujano debe informar a la paciente sobre si puede o si le conviene realizar también algún ajuste en la mama sana -ya sea aumento o reducción- para conseguir que haya mayor simetría tanto en la forma como en la consistencia etre los dos pechos.

Es normal sentir hinchazón, pesadez e incluso dolor en la zona del pecho durante algunis días, así como cansancio y molestias durante un par de semanas. Sin embargo, poco a poco, la paciente recuperará la movilidad en los brazos y tendrá suficiente energía para incorporarse a su actividad habitual.