Las glándulas paratiroides son cuatro pequeños acúmulos de tejido endocrino del tamaño de una lenteja que se sitúan en el cuello, adosadas al tiroides, otra importante glándula endocrina cuya función es totalmente independiente de la de las paratiroides. Éstas tienen como función mantener constante la concentración de calcio en la sangre (8,6-10,2 mg/dl).
Las paratiroides son unas de las glándulas más pequeñas de nuestro organismo. Son cuatro, dos a cada lado del cuello, y cada una de ellas no pesa más de 50 miligramos. Su anatomía es algo variable motivo por el cual el cirujano debe tener experiencia para saber buscarlas y localizarlas en el sitio preciso.
La causa más frecuente por la que un paciente deba operarse de las glándulas paratiroides es el HPTP, una enfermedad en la que una o más de las paratiroides aumentan de tamaño (adenoma) y producen un aumento del calcio en la sangre (hipercalcemia). Es una enfermedad que puede aparecer a cualquier edad pero que es más frecuente en mujeres entre los 45 y los 65 años. Las consecuencias más graves de la hipercalcemia son los cálculos de riñón, la osteoporosis, los trastornos digestivos y la fatiga y cansancio generales.
Antes de la operación se le realizarán algunas pruebas para determinar el grado de afectación del riñón y de los huesos, y otras dirigidas a localizar en cuál de las glándulas se asienta el adenoma que debe extirparse. Si las pruebas de localización dan un buen resultado (60-70% de los casos) el cirujano le extirpará sólo esa glándula. Si por el contrario, no se encuentra el adenoma en las radiografías preoperatorias, el cirujano buscará las cuatro glándulas hasta dar con cuál de ellas es la que debe extirparse. En el 90% de los casos, es una sola glándula la que debe operarse. En casos familiares o en aquellos que haya más de una glándula afectada se suelen extirpar tres glándulas y parte de la cuarta si está aumentada de tamaño.
Si es una sola glándula la que debe extirparse, el cirujano realizará una incisión en la parte anterior y lateral del cuello de 2-3 cm. sobre ella y la extirpará sin prácticamente tocar ninguna otra estructura anatómica. Esta operación se denomina paratiroidectomía selectiva y puede hacerse en 6 ó 7 de cada 10 pacientes con HPTP. Si se deben buscar las cuatro glándulas o extirpar tres y media, la incisión será central y algo más grande para poder operar en ambos lados del cuello.
Las operaciones de paratiroides se pueden realizar de forma ambulatoria (operación por la mañana y alta a media tarde) o con un ingreso corto de uno a tres días en función de la gravedad de la enfermedad.
La paratiroidectomía es poco dolorosa y la mayor parte de pacientes precisan tan sólo de una a tres dosis de analgésico después de la operación.
Es el tiroides y no las paratiroides, la glándula que afecta al metabolismo. Sin embargo, si padece de un HPTP grave es posible que se encuentre mucho mejor tras la intervención y que gane de 3 a 5 kg. por aumento de apetito.
Tras la operación el calcio en sangre se le normalizará e incluso puede ser inferior al normal por lo que es posible que su cirujano le recomiende que tome tabletas de calcio durante un periodo más o menos largo de tiempo.
Tras una paratiroidectomía puede notar ciertas molestias transitorias en la garganta relacionadas con el tubo de plástico insertado en la tráquea para administrar la anestesia: picor, dolor al tragar o voz algo ronca. Debido a la posición de la cabeza en el quirófano -extendida hacia atrás- puede sentir molestias parecidas a una torticolis. Estos síntomas son de corta duración y prácticamente nunca precisan tratamiento.
Dado que los nervios que mueven las cuerdas vocales se encuentran muy cerca de las paratiroides, para preservarlos es preciso separarlos de las glándulas que deben extirparse. En un 5% de los casos esto puede producir una afonía transitoria que desaparece entre las dos y las diez semanas. Más raramente, en un 1-2% de los casos, generalmente en operaciones complicadas en pacientes previamente operados, esta afonía es definitiva porque el nervio recurrente de uno de los dos lados ha quedado lesionado. La disminución del calcio que se produce tras la extirpación de las paratiroides suele ser moderada pero en ocasiones puede ocasionar síntomas tales como hormigueos en los labios y en las puntas de los dedos de manos y pies, o rampas musculares. Si ello le sucediera debe contactar enseguida con nuestro Servicio de Urgencias para que le administren calcio.
Tras el alta hospitalaria debe ir gradualmente volviendo a sus actividades normales y no debe tener miedo a hacerlo rápidamente. En especial no limite usted los movimientos del cuello por temor a que la herida se abra o no quede bien. La sutura de la piel es fuerte y la inmovilidad puede acarrearle dolor y rigidez de nuca.
Las pequeñas incisiones laterales empleadas en las paratiroidectomías selectivas mínimamente invasivas, se cierran con técnicas de cirugía plástica y prácticamente no se ven al cabo de unos 6 meses después de la operación. Las cicatrices centrales de unos 4-5 cm. resultan algo más visibles pero igualmente pasan prácticamente desapercibidas al año de la intervención. Durante las primeras semanas del postoperatorio se pueden apreciar cierta hinchazón y enrojecimiento que irán desapareciendo progresivamente. En nuestra experiencia la infección de herida tras una para paratiroidectomía es excepcional (0,5%). El resultado estético final no puede juzgarse hasta pasados, como mínimo, seis meses. Si se opera en verano, es necesario proteger la herida de la exposición directa al sol usando un filtro solar máximo durante los primeros meses.
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