El Síndrome de Fatiga Crónica no es una condición clínica homogénea. Hay ciertas particularidades que es interesante conocer: la relativa rápida instauración de la fatiga, a menudo asociada a una infección típica como una infección respiratoria de vías altas o una mononucleosis. Tras la resolución del proceso infeccioso, el/la paciente queda con una fatiga persistente, invalidante, así como alteraciones del sueño y cognitivas. La actividad física excesiva exacerba los síntomas. La historia clínica previa al SFC no es la clásica llena de múltiples problemas somáticos como lumbalgias inexplicadas o cefalea crónica. Los/las pacientes afectados/as son individuos altamente activos que son “desactivados” por la enfermedad. A pesar de esto, frecuentemente existe una historia de trastornos psiquiátricos. Los síntomas fluctúan con el tiempo pero no tienden a progresar.
Una vez la enfermedad “desencadenante”, si hay alguna, se resuelve, la exploración física es anodina. Aunque los/las pacientes normalmente refieren fiebre, pocos presentan temperaturas por encima de 37,4º. Hay artralgias pero sin signos inflamatorios. Hay mialgias pero la fuerza muscular está conservada. Las biopsias musculares son anodinas, así como los electromiogramas. La linfadenia es frecuente pero no las verdaderas linfoadenopatías. La biopsia de los nódulos denota hiperplasia reactiva.
Muchos/as pacientes con SFC están parcial o completamente discapacitados/as por su enfermedad. Su aspecto de personas sanas contrasta con su sentimiento de enfermedad. Es común que el entorno social, familiar, amigos, compañeros de trabajo sospechen erróneamente que son simuladores, lo que desarrolla un círculo vicioso de frustración, ira y depresión (1).
El diagnóstico se realiza si el/la paciente cumple los Criterios Diagnósticos para el SFC anteriormente citados (2).
Se debe realizar una anamnesis y exploración física completa para descartar posibles enfermedades causantes de la fatiga, así como solicitar algunas pruebas de laboratorio para excluir otras enfermedades que puedan cursar con fatiga. Las exploraciones complementarias aportan poco al diagnóstico ya que éste es de exclusión. Se recomienda solicitar unas exploraciones complementarias básicas.
Sólo en casos de alta sospecha de alguna enfermedad que pueda presentarse como fatiga se deberían ampliar las exploraciones complementarias. Se aconseja dejar en manos del personal especializado en el manejo de la SFC la ampliación del estudio analítico.
Se recomienda una evaluación psicopatológica que permita detectar elementos ansiosos o depresivos significativos.
El pronóstico para la recuperación de la función es, en general, malo a corto plazo. El pronóstico a largo plazo es algo mejor (3).
1 Chronic fatigue syndrome. Clinical practice guidelines--2002. Med J Aust 2002; 176 Suppl:S23.
2 Fukuda, K, Straus, SE, Hidkie, I, et al. The Chronic Fatigue Syndrome: A comprehensive approach to its definition and study. Ann Intern Med 1994; 121:953.
3 Joyce, J, Hotopf, M, Wessely, S. The prognosis of chronic fatigue and chronic fatigue syndrome: A systematic review. QJM 1997; 90:223.
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