Opciones terapéuticas
Sus opciones de tratamiento son:
- 1. Vigilancia activa.
- 2. Recibir tratamiento de radioterapia externa o braquiterapia, radioterapia interna.
- 3. Cirugía para extirpar la próstata.
Esta página web le servirá para tomar una decisión informada sobre las diferentes opciones de tratamiento a las que puede optar. Estre proceso deliberativo entre paciente y equipo asistencial se le conoce por DECISIONES COMPARTIDAS.
Este instrumento se ha diseñado para hombres que tienen cáncer de próstata localizado, es decir, que no se ha propagado fuera de la próstata.
Cada tipo de tratamiento para el cáncer de próstata tiene sus pros y sus contras. Y es importante que piensen en ambos al tomar sus decisiones de tratamiento.
¿Por qué es importante saber el nivel de riesgo de su cáncer?
Saber si su cáncer es de bajo riesgo, de riesgo intermedio o de alto riesgo es importante para ayudarle a tomar decisiones sobre el tratamiento.
El nivel de riesgo de su cáncer se basa en los resultados de sus pruebas y exámenes.
- Riesgo BAJO significa que el cáncer no tiene muchas probabilidades de crecer inmediatamente ni de provocar metástasis. Hay la posibilidad que crezca tan lentamente que nunca provoque molestias.
- Riesgo INTERMEDIO significa que el cáncer tiene probabilidades de crecer. La mayoría de los hombres probablemente necesiten tratamiento con cirugía o radioterapia.
- Riesgo ALTO significa que el cáncer muy probablemente crezca immediatamente. Los afectados probablemente necesiten tratamiento con cirugía, radioterapia o combinaciones de varios tratamientos.
Su médico le ayudará a comprender los resultados de las pruebas y el nivel de riesgo de su cáncer. Con posterioridad, usted puede comparar sus opciones de tratamiento y tomar la decisión que mejor se adecue a usted.
Vigilancia activa
La vigilancia activa es una opción para los pacientes con cáncer de próstata de bajo riesgo y, ocasionalmente, para algunos con cáncer de próstata de riesgo intermedio.
Sus médicos observarán de cerca su cáncer con revisiones médicas, analíticas, pruebas de imagen y biopsias de la próstata. Es un proceso continuo que hay que plantear de forma crónica, es decir, para toda la vida.
En la mayoría de casos se confirmará que la enfermedad no crece y, por tanto, se podrá seguir con la vigilancia. Al principio las revisiones son más exhaustivas y, con el tiempo, en general, se adecuan a las características de la enfermedad.
Si se detecta un crecimiento o progresión del tumor, entonces se plantearán las opciones pertinentes, la cirugía o la radioterapia.
Sus preferencias personales son importantes. No todos los pacientes son un buen candidato a vigilancia activa. Juntos, usted y el equipo asistencial deberán considerar:
1. Si hay una buena predisposición a convivir con la enfermedad sin tratarla.
- Si el entorno familiar lo apoya.
- Si se comprende que si la enfermedad evoluciona tendrá que recibir un tratamiento activo.
- Que los tratamientos activos pueden provocar unas secuelas que con la vigilancia activa se evitan. Hay que analizar qué importancia relativa tienen en cada paciente estos efectos secundarios
- Si su estado de salud (enfermedades asociadas, esperanza de vida) aconseja escoger la vigilancia activa u otra opción.
Si escoge la vigilancia activa, puede cambiar de opinión en cualquier momento y someterse a cirugía o a radioterapia, incluso si todas las pruebas muestran que la enfermedad no ha cambiado.
Si la vigilancia activa no es una opción para usted, el equipo asistencial le explicará en qué consiste la intervención quirúrgica y la radioterapia.
¿Qué esperar después de la vigilancia activa?
Las probabilidades de requerir tratamiento a lo largo de la vigilancia activa son de un 30% aproximadamente, pudiendo aumentar esta probabilidad a medida que se alarga el tiempo: a los 5 años la probabilidad de requerir otro tratamiento podría ser del 24%. A los 10 años la probabilidad de requerir otro tratamiento es del 36%. A los 15 años, la probabilidad de requerir tratamiento sería de un 45%.
Como observará, la vigilancia activa alarga el tiempo sin necesidad de tratamiento quirúrgico o de radioterapia a través de revisiones periódicas.
¿Por qué se hace vigilancia activa en este tipo de cáncer?
El cáncer de próstata es una enfermedad muy diversa que engloba muchas enfermedades en una. En los casos de mejor pronóstico sabemos que la capacidad de provocar problemas de salud a los pacientes es mínima. En este supuesto, el llamado cáncer de próstata de bajo riesgo está aceptada y es razonable no actuar, sino vigilar.
La vigilancia estricta a los pacientes en vigilancia activa permite minimizar los riesgos que la enfermedad progrese sin avisar. Por tanto, en caso de progresión, estaremos a tiempo para actuar con intención curativa.
Los riesgos de la vigilancia activa:
Existe la posibilidad de que el cáncer de próstata crezca durante la vigilancia activa. Si esto sucede, el equipo asistencial le recomendará otro tratamiento, como la cirugía o la radioterapia.
Los tratamientos que se ofrecen cuando se detecta la progresión de la enfermedad se adecuan a las características de la progresión. Así, aunque en general se mantendrán las opciones de cirugía o radioterapia, hay que tener presente que quizás ja no son válidas.
El seguimiento de la vigilancia activa requerirá seguir el protocolo de pruebas y exámenes de su médico. Inicialmente tiene una periodicidad de 3 o 6 meses, en función de la evolución. Las revisiones regulares aumentarán sus posibilidades de descubrir inmediatamente si su cáncer de próstata crece. Será necesario en algún momento del seguimiento volver a realizar alguna biopsia de próstata, así como una resonancia magnética de la próstata.
Radioterapia
En la radioterapia se usan radiaciones para destruir las células cancerosas. Esto puede realizarse con:
- Radioterapia externa, en la que una máquina dirige rayos de alta energía al cáncer.
- Braquiterapia, en la que se inyectan pequeñas semillas de material radiactivo en el cáncer o cerca de este.
Si su objetivo es tratar la enfermedad y evitar los riesgos de una cirugía, la radioterapia seria la opción terapéutica para usted. En este caso, conservar la función sexual el mayor tiempo posible puede ser que haya sido uno de los motivos que le han influido en la decisión tomada por usted. Someterse a radioterapia en lugar de operarse puede ayudar a posponer los posibles problemas de erección.
Así como con la cirugía, en los primeros 2 a 5 años después del tratamiento, la probabilidad de tener problemas de erección o de vejiga es más alta, con la radioterapia es más alta la probabilidad de tener problemas intestinales. Pero a los 10-15 años, la probabilidad de problemas relacionados con la erección o la vejiga es aproximadamente la misma con cualquiera de los dos tratamientos.
¿Cuáles son los riesgos del tratamiento de radioterapia?
Los efectos secundarios de la radioterapia son poco frecuentes. A corto plazo puede aparecer una sensación de irritación de la vejiga, parecida a la sensación de una infección de orina, que suele desaparecer a los pocos meses de finalizar el tratamiento. Igualmente puede aparecer un síndrome diarreico, que también tiende a mejorar con los meses. A largo plazo, a partir del segundo o tercer año después de finalizar la radioterapia, pueden aparecer otros efectos secundarios, poco frecuentes, entre los que destaca de disfunción eréctil, la pérdida de orina y, ocasionalmente, la estenosis de uretra (dificultad para orinar fuerte) y el sangrado al orinar o al defecar.
En un estudio, 33 de cada 100 hombres tuvieron problemas de erección. Seis años más tarde, 73 de cada 100 hombres que se sometieron a radioterapia tuvieron problemas de erección.
Cabe mencionar que, aunque es muy infrecuente, a partir de los 10 años del tratamiento, la radioterapia puede inducir la aparición de una nueva enfermedad como un tumor en la vejiga o el recto. Sin embargo, el seguimiento siempre irá encaminado también al control de estos eventuales efectos secundarios.
Para los hombres con cáncer de próstata de riesgo más alto, el tratamiento de radioterapia puede administrarse junto con la terapia hormonal. La terapia hormonal tiene efectos secundarios, como la fatiga, los sofocos, el aumento del riesgo cardiovascular, la pérdida de densidad ósea y de masa muscular. También puede aumentar el riesgo de fracturas óseas, diabetes y enfermedad metabólica.
Cirugía
En la cirugía se extirpa la próstata y se llama prostatectomía radical. Se realiza por vía laparoscópica (colocando un tubo con luz, o laparoscopio, y otros instrumentos quirúrgicos a través de cortes mucho más pequeños en el abdomen).
¿Cuáles son los beneficios de la cirugía?
Si su objetivo es tratar la enfermedad mediante la extracción de la próstata, entonces usted podría preferir operarse, es decir, someterse a cirugía. Para algunos hombres, la idea de "deshacerse del cáncer" da una sensación de alivio. Para otros, evitar la radioterapia puede ser lo más importante para ellos.
¿Cuáles son los riesgos de la cirugía?
Una prostatectomía radical tiene los riesgos de cualquier cirugía mayor, lo que incluye el sangrado, la infección o los propios efectos secundarios de la anestesia. Son muy poco frecuentes.
Por otro lado, hay riesgos concretos de la prostatectomía. Estos son:
- Problemas de erección. El grado con que la cirugía afecta las erecciones de un hombre depende de su edad, de su funcionamiento sexual antes de la cirugía y de la ubicación de su tumor.
Actualmente hay técnicas para preservar la erección con la cirugía, pero hay que asumir el riesgo que la calidad de las erecciones disminuye después de operarse. Es posible que haya que tomar medicación para recuperarla. También hay la opción de operase para restablecer las erecciones.
- Problemas de control de la vejiga, como no poder retener la orina (incontinencia urinaria). No aparece en todos los casos y se recupera después de unos cuantos meses. También depende de su edad, de su funcionamiento urinario antes de la cirugía y de la ubicación de su tumor.
El grado de incontinencia puede variar desde un leve goteo de orina de vez en cuando, hasta la necesidad de usar compresas para la incontinencia urinaria.
En caso que presente incontinencia, los pacientes recibirán rehabilitación después de la cirugía para acelerar la recuperación. También hay tratamientos y operaciones para resolverla en caso que sea permanente.
Finalmente, la cirugía también puede causar, de forma excepcional, la formación de tejido cicatricial que puede estrechar la salida a la vejiga, ocasionando dificultades para poder orinar.
Seguimiento
Después de cualquier tratamiento, necesitará realizar revisiones periódicas que incluyen exámenes físicos, análisis de sangre y, eventualmente, pruebas de imagen. Se adaptarán en función de las características de la enfermedad y del tratamiento escogido.
¿Funciona un tratamiento mejor que el otro?
En primer lugar, los hombres que optan por cualquiera de los tratamientos tienen un riesgo bajo de morir de cáncer de próstata. Un estudio encontró que el riesgo de morir era aproximadamente el mismo independientemente del tratamiento al que se hubieran sometido los hombres con cáncer de próstata localizado.
Usted y el equipo asistencial (médico y enfermera) pueden hablar sobre su situación personal.
Un tratamiento podría ser mejor que otro para usted en base al tiempo que pueda vivir (su expectativa de vida), sus otros problemas de salud y su opinión sobre los efectos secundarios de cada tratamiento escogido.
¿Por qué podría recomendarle su médico un tratamiento en vez de otro?
Es posible que su médico le recomiende vigilancia activa si:
- Presenta un tumor de bajo riesgo y todos los factores de buen pronóstico.
- Entiende que la enfermedad tiene un escaso riesgo de progresión y puede ser vigilada con cierta periodicidad
- Los posibles efectos secundarios de las otras alternativas representan una afectación importante a su estilo de vida actual.
Es posible que su médico le recomiende operarse si:
- Presenta un estado de salud bueno y una esperanza de vida larga.
- Desea operarse para extirpar definitivamente el tumor.
- La radioterapia no es una buena opción para usted.
Es posible que su médico le recomiende recibir radioterapia si:
- Desea evitar los efectos secundarios de la cirugía.
- Una intervención quirúrgica represente un riesgo elevado para su salud.