Vivir con la enfermedad
Aproximadamente 3-4 semanas después de la orquiectomía, se puede empezar progresivamente a hacer la misma vida que antes (deporte, viajes, etc). La zona de la herida quirúrgica siempre puede notarse algo menos sensible y eso, tal vez, sea para siempre. Sin embargo, durante las primeras semanas se notará la zona del testículo que se ha extirpado con cierto grado de inflamación; normalmente son pequeños hematomas que se reabsorben en poco tiempo.
Si se requiere tratamiento con quimioterapia, se puede notar cierto grado de fatiga, pérdida de apetito, caída del cabello (alopecia), náuseas y vómitos durante las semanas que dure el tratamiento. El oncólogo nos explicará situaciones que requieran acudir a urgencias durante el tratamiento, como la fiebre.
Hay algunas alteraciones de la vida sexual que pueden aparecer tras el tratamiento con quimioterapia:
- Disminución de la libido o deseo sexual: convivir con un cáncer no es fácil y puede repercutir en el estado de ánimo y en las ganas o el deseo de mantener relaciones, disminuyendo el deseo sexual. Sin embargo, la quimioterapia puede producir alteraciones neurovasculares que puedan requerir tratamiento farmacológico para mejorar la función sexual. Hay dos tipos de medicamentos para el tratamiento de la disfunción eréctil: orales y locales. Los tratamientos orales consisten en la toma de una pastilla un tiempo antes de mantener la relación sexual. Los fármacos locales se administran directamente en el pene, ya sea en forma de "hielo" dentro de la uretra o en forma de inyectable en el pene.
- Infertilidad. La quimioterapia altera reversiblemente la calidad del semen. El paciente puede tener capacidad fértil con un solo testículo. Siempre ofrecemos la posibilidad de congelar semen antes de iniciar el tratamiento, por si en el futuro necesitara usarlo.
- Eyaculación retrógrada. Sólo si tenemos que realizar una linfadenectomía retroperitoneal hay un riesgo elevado de sufrir este efecto secundario. Quiere decir que se altera el mecanismo normal de la eyaculación (el semen se va hacia la vejiga, en vez de salir por el pene). También se puede hacer una congelación de semen antes de la intervención si el paciente quiere tener descendencia en el futuro.
El seguimiento de la enfermedad dependerá del tipo de tumor y su estadio clínico. Consiste en la realización de pruebas de imagen (TAC) y analítica sanguínea cada 4-6 meses aproximadamente. También se realizará una vez al año, durante los primeros años, una ecografía del testículo contra lateral.
Durante los 2 primeros años lo más importante es el seguimiento y es por ello que se hace un control más estricto. A medida que vaya pasando el tiempo, este seguimiento se irá dilatando. Normalmente, a los 10 años se finaliza el seguimiento porque se da la enfermedad por curada definitivamente.