7 de setiembre de 2023 - Notas de prensa
En general, ha empeorado la saludo en toda la población, sobre todo en relación con la ansiedad y depresión, así como en dolor y malestar. Pero los efectos de la pandemia han golpeado en especial a las mujeres con más nivel educativo, recortando las diferencias en salud con los grupos de población con un nivel de educación inferior después del confinamiento domiciliario inicial.
Los investigadores atribuyen esta evolución al efecto negativo del teletrabajo sobre la salud de las personas que trabajaban desde casa y tenían que cuidar de familiares. A la vez, podría haberse producido un efecto positivo de las medidas gubernamentales para mitigar el impacto económico de la pandemia.
El trabajo forma parte del proyecto MINDCOVID, y se ha llevado a cabo a partir de encuestas telefónicas a 2.000 personas. Lo publica la revista International Journal for Equity in Health.
Las mujeres con nivel educativo más alto fueron las que vieron empeorar más su salud a causa de la pandemia de la COVID-19. Además, en general, las desigualdades entre los diferentes grupos analizados en función de su nivel educativo se redujeron en el periodo posterior al confinamiento estricto, según un estudio liderado por el Grupo de investigación en Servicios Sanitarios del Hospital del Mar Research Institute, dentro del proyecto MINDCOVID, que analiza cómo la pandemia ha afectado la evolución de la salud de la población general y de los profesionales sanitarios.
De izquierda a derecha, Jordi Alonso, Montse Ferrer, Phlippe Mortier y Gemma Vilagut
Isabel Moreira
Los resultados han sorprendido a los investigadores, como reconoce la primera firmante del trabajo, Isabel Moreira. "Nuestra hipótesis inicial era que con la pandemia se podrían haber incrementado las desigualdades en salud ya existentes en relación con los diferentes niveles educativos. Nuestra sorpresa ha sido que, no solo no se han incrementado, sino que se han mantenido o reducido", apunta. El estudio lo publica la revista International Journal for Equity in Health.
El trabajo ha contado con la participación de 2.000 personas, entrevistas por teléfono en dos momentos de la pandemia y divididas en función de su nivel educativo. La primera llamada se hizo justo al acabar el confinamiento, en junio del año 2020, y la segunda nueve meses después. Se evaluaban diversos ámbitos para poder analizar la evolución de su calidad de vida, el dolor o incomodidad, la afectación a las actividades de la vida diaria, la ansiedad y/o depresión, la capacidad de movilidad y el autocuidado.
En general, la evolución de los problemas de salud fue negativa en todos los grupos, con mejores cifras en los hombres respecto a las mujeres. La evolución también fue más positiva en el grupo de personas con niveles educativos más bajos, que, a pesar de que tenían un punto de partida peor, probablemente en parte por una afectación más fuerte de los meses de confinamiento estricto, redujeron o mantuvieron estables las diferencias con las personas con niveles educativos más altos en todos los ámbitos analizados. En el caso de las mujeres, la reducción de estas desigualdades fuer más acusada.
Los casos más significativos fueron los ámbitos de dolor o incomodidad y los de ansiedad y depresión. Las diferencias entre las mujeres con niveles educativos más bajos y más altos se redujeron un 7%, mientras que en los hombres la reducción fue más modesta (del 6% y del 3%, respectivamente). Un factor que los autores atribuyen a las características laborales de cada grupo. "El teletrabajo es un factor determinante que creemos que explica esta evolución", explica Montse Ferrer, investigadora del Hospital del Mar Research Institute, ya que las mujeres de nivel educativo más alto tuvieron que compatibilizar el trabajo desde casa y el cuidado de la familia, hecho que no afectó de la misma manera a los hombres. El hecho de tener niños pequeños o personas mayores a cargo impactó de forma más importante en ellas que en ellos, grupo sobre el cual el hecho de tener pareja o familiares mayores en casa tuvo un efecto protector.
En general, las mujeres reportan más problemas de salud y unas condiciones socioeconómicas peores y una sensación de más desprotección en el trabajo ante la COVID-19. En este sentido, Ferrer apunta que "seguramente, las desigualdades aumentaron durante el confinamiento estricto, pero después algunas políticas gubernamentales para mitigar el impacto económico de la pandemia, tuvieron más impacto sobre todo en los niveles educativos más bajos, y permitió mantener estables o reducir las desigualdades con los grupos de población de nivel educativo más alto".
El coordinador del Grupo de investigación en Servicios Sanitarios del Hospital del Mar Research Institute, el Dr. Jordi Alonso, apunta que "estos resultados ilustran cómo de importante es continuar estudiando los cambios en la salud mental relacionados con la pandemia por COVID-19. El estudio MINDCOVID, que incluye el seguimiento de cohortes de la población general, de pacientes con COVID y de profesionales sanitarios, es potencialmente muy útil para monitorizar las diferencias sociales en la salud mental".
Este trabajo ha recibido financiación del Instituto de Salud Carlos III (Ministerio de Ciencia e Innovación/FEDER (ayuda número COV10/0071 1) y de la Generalitat de Catalunya-AGAUR (ayudas números 2021SGR00624 y 2017SGR452). El estudio ha contado con la participación del CIBER de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP) y del Parc Sanitari Sant Joan de Déu.
Moreira I, Ferrer M, Vilagut G, Mortier P, Felez-Nobrega M, Domènech-Abella J, Haro JM, Alonso J. Social inequalities in mental and physical health derived from the COVID-19 pandemic in Spain beyond SARS-CoV-2 infection. Int J Equity Health. 2023 Jul 24;22(1):136. doi: 10.1186/s12939-023-01933-3. PMID: 37488575; PMCID: PMC10367254.
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