5 de febrero de 2012 - Notas de prensa
El artículo se publica en el Boletín de la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de las principales revistas de salud pública del mundo e insignia de la organización
En España, el suministro del tratamiento de mantenimiento con metadona para la dependencia de la heroína, combinado con la distribución de material de inyección estéril y el acceso al tratamiento para el SIDA, ha dado lugar a un cambio de tendencia en la epidemia de VIH en el país, según un estudio publicado este mes en el Boletín de la Organización Mundial de la Salud.
La experiencia de España en esta área es relevante para otros países en los que la inyección de drogas ilegales es un problema habitual, como por ejemplo, en los países de Europa central y oriental, así como en el sur y este de Asia.
Durante la década de los 80, España tenía una de las normativas más estrictas del mundo sobre el tratamiento de la dependencia de la heroína y, al mismo tiempo, la tasa más alta de casos nuevos de infección por VIH entre consumidores de drogas inyectables ilegales en Europa. A inicios de los años 90, la prevalencia del VIH en ese grupo alcanzó el 60%.
En aquel entonces, prácticamente el único tratamiento disponible para la dependencia de la heroína en España estaba basado en la abstinencia, pero muchos pacientes reincidían y seguían inyectándose drogas. Esto cambió con la aprobación de dos leyes, en 1990 y 1996, por medio de las cuales la metadona y otros medicamentos similares pasaron a estar ampliamente disponibles con receta médica en los centros de atención sanitaria pública en todas las regiones del país de forma gratuita para pacientes con un diagnóstico de dependencia de la heroína.
El estudio descubrió que, como resultado de dichas leyes y del modo en el que se cambió la concepción del programa nacional español, el 60% de las personas que se inyectaban drogas ilegales en el país en el año 2010 estaba en tratamiento de mantenimiento con metadona, porcentaje que en el año 1996 era del 21%, y que, gracias a esos cambios en la legislación y otras iniciativas de prevención del VIH, el número de casos nuevos de infección por VIH entre consumidores de drogas había disminuido de una media anual de 6200 a comienzos de la década de los 90 a 690 infecciones nuevas en el año 2010.
«España ha alcanzado este éxito al levantar las restricciones innecesarias que determinaban qué heroinómanos podían recibir metadona, al eliminar los límites de las dosis o la duración del tratamiento y al permitir que los pacientes tomen algunas de las dosis en casa», afirmó la autora e investigadora jefe Marta Torrens, directora de Adicciones en el Instituto de Neuropsiquiatría y Adicciones (INAD) del Parque de Salud Mar y coordinadora del grupo de trastornos por el uso de sustancias del IMIM (Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas) de Barcelona.
«Algunos de los programas de tratamiento médico dan de alta a las personas al primer signo de un comportamiento difícil, sin embargo, el programa de metadona español hace todo lo posible para mantener a los pacientes en tratamiento tanto tiempo como sea posible», afirmó.
«Los pacientes reciben cada día una dosis diaria de medicina, metadona por lo general, y al mismo tiempo, cualquier otra atención sanitaria que puedan necesitar, como antirretrovirales para la infección por el VIH», explica Torrens, que añade que con este enfoque, en línea con las directrices de la OMS sobre el tratamiento de la dependencia de opiáceos, son capaces de mantener a más del 72% de los pacientes en tratamiento tras el primer año.
La metadona, que se ingiere habitualmente en forma de jarabe, mantiene unos niveles estables de opioides en la sangre del paciente a lo largo de las 24 horas que transcurren entre cada dosis, de modo que los pacientes no sufren ni intoxicación ni abstinencia. Con el tiempo y las dosis adecuadas, la metadona bloquea el efecto de la heroína y, como consecuencia, los pacientes dejan de usarla con el tiempo. Menos consumo de heroína se traduce en un menor uso de agujas sucias, menos casos de VIH, hepatitis y otras infecciones, menos sobredosis y menos delitos. El tratamiento con metadona ayuda a los pacientes a reconstruir las relaciones rotas con sus familias y a reintegrarse en la sociedad.
«En España, la percepción pública de este tratamiento es positiva, el 66% del público general está a favor del tratamiento con metadona», afirmó Torrens, quien añadió: «Los gobiernos se encuentran en la actualidad bajo una presión financiera enorme debido a la crisis económica, pero nuestro mensaje para ellos es el siguiente: presten atención a esta evidencia sólida y mantengan la financiación de estos programas.»
La metadona no es cara, según la base de datos de la Terapia de sustitución de opioides y morfina de la OMS, que muestra que el tratamiento puede costar únicamente 28 US$ por paciente al año. http://www.who.int/entity/hiv/amds/ControlledMedicineDatabase.xls
«Hace 20 años, la prevalencia del VIH en España alcanzaba el 60% entre los consumidores de drogas inyectables. Puesto que existe un potencial importante de transmisión del VIH de la población consumidora de drogas inyectables a la población en general, el control del VIH en la población consumidora de drogas inyectables resulta fundamental para controlar el VIH en la población en general», afirmó Dr. Nico Clark, de la unidad para la Gestión del abuso de sustancias de la OMS. «Al proporcionar este tipo de tratamiento, las autoridades sanitarias no sólo previenen las muertes relacionadas con las drogas y ayudan a los pacientes a reintegrarse en la sociedad, sino que también evitan la propagación del VIH por toda la comunidad en general.»
El estudio forma parte de una serie de artículos de la edición de este mes del Boletín de la Organización Mundial de la Salud dedicado al tema de la terapia de sustitución de opioides.
Artículo de referencia
“Methadone maintenance treatment in Spain: the success of a harm reduction approach”. Marta Torrens, Francina Fonseca, Claudio Castillo & Antonia Domingo-Salvany. Doi: 10.2471/BLT.12.111054
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